miércoles, 14 de septiembre de 2011

ALEJANDRO PINZÓN Una vida entre notas y batutas


Annette Molina Hipólito



Es joven y mexicano. Hace poco dirigió su primer concierto al frente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de West Virginia y fue una noche en el año de 1994 que, en completa ignorancia y sentado en un teatro de Mérida, escuchó un sonido maravilloso que salía de un pequeño pedazo de madera tocado por un violinista francés, convirtiéndose ese momento en amor a primera vista entre el violín y él.

"Me gustó tanto que a los pocos días del concierto empecé a averiguar dónde podía estudiar, porque yo quería ser como el violinista que vi en el escenario y quería tocar como él", comenta Alejandro.

La vida y sus vueltas lo llevarían, años después, a ser el principal de sección de aquella Orquesta y a tocar las obras que el solista ejecutó.

Alejandro Pinzón es integrante del Colegio de Músicos de Yucatán desde 2004. Como violinista, representó a México en el V Festival de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Mercosur en Paraguay y Argentina, en mayo de 2004.

Su intervención como único integrante mexicano fue reconocida por el embajador de México en Paraguay. En septiembre de 2003 fue distinguido con el "Premio Estatal de la Juventud", que otorga la Secretaría de la Juventud de Yucatán.

En entrevista exclusiva para El Heraldo de Chiapas, este joven máster del violín nos relata que, con fe y esfuerzo, todo en esta vida se puede lograr:

¿Qué te inspira a la hora de tocar este instrumento italiano?

Es el hecho de que ese pedazo de madera pueda decir con sonidos lo que yo en ocasiones no puedo decir con palabras. La motivación puede venir de muchas partes y de muchas formas. Al principio era la curiosidad de experimentar algo nuevo y que era muy emocionante, luego se convirtió en un reto (el violín es un instrumento bastante difícil de tocar), después fueron las ganas de demostrarle a familiares y amigos que ya tocaba y que, según yo, lo hacía bien.

¿Cuál ha sido tu mejor momento arriba de un escenario?

Han sido muchos. De los que recuerdo especialmente están el tocar en los dos grandes teatros de la Ciudad de México (Bellas Artes y el Auditorio Nacional), con lleno total. Mi debut como director de orquesta, porque me tomó un año completo organizar el evento. Recuerdo otros tantos, pero la verdad es que, en mi vida musical, los momentos más emotivos se han dado fuera del escenario.

Recibiste el Premio Estatal de la Juventud, ¿qué te cruzó por la mente cuando lo tuviste en tus manos?

Fue un momento muy vago. Uno se prepara para "el gran día", estudia, practica, trabaja y se esfuerza. Tenemos siempre la meta en la cabeza y cuando uno de esos "grandes días" llega, ni lo sientes pasar. Recuerdo el teatro lleno, mi nombre en el altavoz, los aplausos, los fotógrafos pidiéndome que volteara hacia las cámaras, el saludo al gobernador, el cristal en forma de pentágono que decía Premio Estatal... pero recuerdo más cuando llegué a casa y en la tranquilidad de mi cuarto deposité el premio en un lugar donde pudiera verlo siempre y recordara los años de esfuerzo y sacrificio que me costó conseguirlo.

¿Qué proyecto tienes en un futuro?

A corto plazo, terminar el doctorado. Me faltan dos años. Además, estoy en el proceso de creación de una orquesta, organizando algunas presentaciones en Estados Unidos y México, entre otros. Prefiero no hacer planes a largo plazo porque por lo general terminan siendo distintos a lo planeado. Es mejor, para mi salud mental, ponerme metas cercanas y conquistarlas paso a paso.

¿Qué mensaje le darías a la juventud chiapaneca?

Mi mensaje para la juventud es que se fijen una meta y que luchen por ella. Es lo que yo me digo siempre y trato de ponerlo en práctica. Creo que fue (el músico) Les Brown el que dijo: "Apunta hacia la Luna, que aunque no llegues, terminarás en las estrellas".

Para mayor información visita la pagina http://alejandropinzon.weebly.com

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